jueves, 4 de marzo de 2010

... tierra del beatífico pecador...

Hacia la Alameda.[Colección: Flor Valenzuela]


Arena/carne de santo, extravío de sangre es la tierra del beatífico pecador, los huesos de los rostro/piedras emblanquecidas bajo la torre frustrada por cien lenguas forman un terregal bañado infructuosamente con el llanto volátil. Polvo/tierra vaso de ideas, laberinto para el asombro, cuenca golosa anhelante en pos de perfumes, esfera para la luz, receptáculo para acunar lo fresco, lo cálido y a la dulce granada en donde al poema fue himno sacro y sensual.


Paso rústico antes del puente de l963.

Tierra/recinto que latiera con inquietud bajo la luna, que agitara poderosa para el vuelo, guijarro caldeado por un sol despiadado hasta mudarlo en polvo y donde las estrellas pulsaran con el fervor de la helada: greda familiar, polvareda aturdida son los ancestros, gránulos forjadores de nuevas estructuras. Sobre aquellas cabezas/arcilla fantasmales hace tiempo vibraron otros destellos (truenos celestes, retumbos terrenales, fragores carnales) y los dioses ancestrales nos dieron de sus cántaros sus nutricios surtidores para hacer de aquellas melenas, barro.

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